A principios de octubre, las hermanas Violeta y Ana¹, de cuatro años y 10 meses respectivamente, regresaron a Quito en un vuelo procedente de Panamá. Las niñas sin tener claridad sobre todo lo que vivieron, terminaban un viaje del que nunca les comentaron. Llegaron solas, experimentando sufrimiento y miedo.
El regreso de las niñas fue un espiral de emociones. Por un lado, su familia está feliz de tenerlas en casa con vida y poder verlas crecer. Las redes de apoyo familiares son fundamentales. Por otro lado, todo lo que actualmente vive la familia les dejó una carga emocional y económica que no esperaban.
El cuidado de las niñas recayó en su abuela materna de más de 70 años, quien fue designada como tutora legal por ser el familiar más cercano. Sin embargo, su tía, María, asumió la responsabilidad de criarlas. La mujer y jefa de hogar, quien tiene dos hijos adolescentes, perdió su empleo debido a las gestiones para hacer posible el regreso de sus sobrinas.
Desde la Mitad del Mundo, Ecuador, Violeta, Ana y su madre Luisa emprendieron un viaje hacia Estados Unidos, con la esperanza de reunirse con el padre de las niñas y pareja de Luisa, quien había llegado de manera irregular a dicho país a principios de 2023.
“Me voy el sábado, ese es mi destino” fueron las palabras que Luisa le mencionó a su hermana María. “Mi sorpresa era no saber por qué razón me decía eso. Yo no sabía si era verdad o broma. Mi esperanza era que no viajara con Ana que estaba pequeñita, tenía como cuatro meses de haber nacido”, cuenta María. “No te vayas” fue la frase que toda la familia le dijo. “No tenemos lujos, pero podemos ayudarte con la alimentación” le dijo su padre. Nada la convenció. Un sábado en la mañana salió desde el Terminal Terrestre Quitumbe, en Quito, junto a sus dos hijas: el inicio de un sueño para Luisa.
Al tercer día del trayecto, en mayo de 2023, en medio del cruce de la selva del Darién², por las zonas más caudalosas de los ríos, Luisa fallece por causas aún en investigación. Es así que Violeta y Ana perdieron a su madre. Fueron entregadas a migración de Panamá, por una familiar lejana que viajaba con ellas, quien no podía hacerse cargo de las niñas y tenía miedo de ser deportada, dejando en angustia a la familia en Ecuador.
El equipo de la Respuesta Migratoria "Esperanza sin Fronteras" de World Vision conoció el caso y apoyó con el contacto con las organizaciones socias en el terreno para brindar orientación en el proceso. Es así que su tía María logró establecer comunicación con la casa de acogida que tenía a las niñas. “Cuando me hicieron la entrevista virtual yo le dije a la señora de servicios sociales que yo sería como una madre para las niñas, era la promesa que le hice a mi hermana”. Meses después, las embajadas de Ecuador y Panamá iniciaron el proceso de deportación.
Los desafíos actuales para la familia no son pocos. Luisa nunca les contó que su razón principal para viajar era una deuda por miles de dólares que tiene con el sistema financiero. Dinero que la familia no sabe a qué se destinó y tampoco saben cómo pagar. Pues al no encontrar su cadáver no ha sido declarada oficialmente como fallecida y no se aplican los seguros de vida ni la extinción de la deuda que se mantiene en moratoria. Otros hechos desconocidos fueron la violencia psicológica y física que ejercía el papá de las niñas contra Luisa. “Nos enteramos de que, cuando se peleaban, él la dejaba pasar la noche en la vereda de dónde vivían, en la calle” relata María. “Ella nunca nos contó nada de eso, supimos por familiares y vecinos testigos de todo lo que tuvo que vivir mi hermana en silencio”. Pese a todo ello, la familia ve un rayo de esperanza en todo esto, manteniéndose unida y demostrando que el soporte familiar permite procesos de duelo y recuperación más exitosos.
Ana y Violeta son parte de la cifra récord de personas que cruzaron por la selva del Darién durante 2023, como anunció el gobierno de Panamá. Más de 520 mil personas atravesaron este paso irregular, de ellos el 23% son niñas, niños y adolescentes, expuestos a violencia física, sexual y psicológica. Debido a esta situación, desde mayo a diciembre de 2023 World Vision, a través de su Respuesta Migratoria “Esperanza sin Fronteras”, entregó kits de higiene, barras energéticas, botellas de agua, alimentos nutricionales para infantes, zapatos anatómicos y comidas calientes a 10,363 adultos y 3,324 niñas, niños y adolescentes. Como parte del desarrollo de capacidades, World Vision capacitó a organizaciones basadas en la fe que se encuentran trabajando en el Darién con la población refugiada y migrante, en estándares mínimos de atención y asistencia humanitaria. Como apoyo a la familia de Ana y Violeta, World Vision en Ecuador entregó a la familia tarjetas de consumo para alimentos y artículos de primera necesidad para cubrir, en algo, los gastos de las niñas.
La historia de Violeta, Ana y su madre es un recordatorio de la urgente necesidad de trabajar de manera coordinada, entre los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil, para garantizar estabilidad económica y seguridad en los países de la región para mitigar los riesgos de la migración irregular.
Para las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad en su viaje migratorio es importante que se fortalezcan los sistemas para que la reunificación familiar sea una prioridad entre países, flexibilizando los requerimientos migratorios para las familias con niñas y niños y mujeres gestantes y lactantes, así como para la niñez no acompañada o separada de su familia. Finalmente, se debe promover el enfoque de atención diferencial por género y edad en las políticas de migración para evitar vulneración de derechos, exposición a violencia y falta de espacios seguros para las personas que se movilizan por el continente.
Si tú como lector/a consideras emprender un viaje por pasos irregulares o has pensado pagar a coyoteros, ten en cuenta los inmensos riesgos que enfrenta una persona que migra de manera irregular como tu integridad personal, la separación familiar y el alto riesgo de ser víctima de trata. Podría ser el fin de un sueño.
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1 De conformidad con los estándares de protección de la Política de Salvaguarda de World Vision International, los nombres utilizados en esta historia no son reales. Se ha ocultado la identidad de las niñas y sus familiares para precautelar su integridad.
2 La selva del Darién es considerada uno de los pasos más peligrosos del mundo debido a su geografía hostil y la presencia de grupos delictivos a lo largo de la ruta. Las niñas, niños, adolescentes y mujeres enfrentan mayores peligros al cruzar por pasos irregulares. La falta de alimentos, agua potable y servicios básicos son solo algunos de los riesgos comunes a los que se exponen.
Desde 2019 “Esperanza sin Fronteras”, la Respuesta Multipaís a la Crisis Migratoria de World Vision que está presente en siete países de la región y con proyectos especiales en las zonas de alto riesgo migratorio en América Latina y el Caribe, ha alcanzado a más 1,9 millones de personas en situación de movilidad. La Respuesta Multipaís trabaja con enfoque en Seguridad Alimentaria, Protección, Integración Socioeconómica y Salud Mental con personas refugiadas, migrantes y de poblaciones de acogida para promover una inclusión integral y sostenida en el continente. Para conocer más sobre “Esperanza sin Fronteras” visita nuestra web: worldvisionamericalatina.org/asuntos-humanitarios-y-emergencias/crisis-migratoria/