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Emilene y el amor por su abuelita que la inspira

World Vision Ecuador
Jun 15, 2021 3:30:00 PM

¿Cuál es el recuerdo más valioso que tienes con tus abuelitos?

Seguro hay alguno que te llena de alegría o de lágrimas incluso. Los abuelitos existen para amarnos y cuidarnos, y esa conexión con sus nietos no se iguala a ninguna otra. Cuando Emilene, adolescente que vive en Guano, Chimborazo, piensa en su abuelita sus lágrimas fluyen de emoción: su conexión con ella es grande. “Yo con mi abuelita converso mucho, la escucho, juego con ella, nos divertimos y reímos. Le ayudo también con sus animalitos porque su salud ya no es la mejor”, dice la adolescente entre lágrimas que expresan su sensibilidad y cariño por su abuelita.

A veinte minutos al norte de Riobamba se encuentra su comunidad, una zona urbana y rural, que te recibe con carreteras, pero a medida que llegas se abre paso hacia amplios espacios verdes y pequeñas casitas en medio de montañas. Personas amables, humildes y muy agradecidas, con sus vestimentas indígenas tradicionales, reciben a sus visitantes, y junto a ellos, sus animalitos.

Lo más puro que podemos encontrar en la vida son personas que toman como inspiración los sentimientos de amor, las vivencias felices y el apego como base para lo que defienden y creen. Esto le pasó a Emilene, cuyo cariño por su abuelita y por su comunidad la impulsaron a proponer un proyecto enfocado en que adultos mayores se sientan escuchados y valorados por su familia y la sociedad.

“Los ancianos de mi comunidad son vulnerables, no tienen ingresos ni una casa, solo viven de la venta de leche. Pero lo que me parece más grave es que no tienen con quién conversar porque viven solos”, comenta Emilene. Su propuesta, llamada “AnimArte” (una combinación entre animarse y el arte) se convirtió en un espacio para fomentar el arte y la memoria histórica en jóvenes y adultos mayores. ¿Cómo este valioso proyecto se hizo realidad en su comunidad?

Durante febrero de 2021, Plan Internacional y la Embajada de los Estados Unidos en Ecuador realizaron la convocatoria a adolescentes de 15 a 17 años del país a participar del Programa Jóvenes Embajadores. Este programa reúne a estudiantes de secundaria y mentores adultos de países de todo el hemisferio occidental para promover el entendimiento mutuo, aumentar las habilidades de liderazgo y preparar a los jóvenes para hacer la diferencia en sus comunidades a través de proyectos sociales. Emilene, con el impulso de su familia y el apoyo de World Vision Ecuador.

Nueva llamada a la acción

Cuando Emilene conoció acerca de la convocatoria por su madre, quien trabaja como profesora en una escuela de Guamote, sintió aflorar sus miedos e inseguridades que viene trabajando desde hace varios años. Su mente temerosa le decía “hay personas que talvez tengan mejores propuestas que tú”, pero su pasión por ayudar le decía “este programa te abre puertas al futuro y te permitirá ayudar a más personas”.

Un aproximado de 400 jóvenes concursó a nivel nacional. “Al aplicar les conté sobre mis calificaciones en el colegio y sobre las actividades de voluntariado en las que he participado. Fui seleccionada junto a 49 adolescentes y pasé a una siguiente fase de entrevistas en las que me preguntaron acerca de la implementación de mi proyecto y de mi comunidad”, cuenta Emilene al recordar su postulación.

Emilene se emociona mucho al recordar cuando recibió la que probablemente fue una de las llamadas más esperadas en su vida. “Una tarde estaba haciendo pan en la casa con mi mamá cuando recibí una llamada y me avisaron que me seleccionaron junto a 12 personas, como representante de Chimborazo a nivel nacional”. Una innovación que el programa incrementó para 2021 fue generar duplas de implementación de proyectos entre jóvenes, esto quiere decir que “juntaban dos ideas similares de proyectos. Yo estuve junto a Alejandro Rojas de Colombia, su proyecto era similar al mío porque queríamos hacer divertir a las personas. Su idea era trabajar con jóvenes y yo con adultos mayores. Tuvimos que hacer un solo proyecto y vinculamos a los adultos mayores con los jóvenes” cuenta la joven.

En el proyecto de Emilene y Alejandro participaron 40 jóvenes y 5 adultos mayores de la comunidad de San Isidro, de Riobamba y de una comunidad en Colombia. Los resultados fueron un “Banco de historias no contadas”, una propuesta para quienes no se podían conectar a las sesiones virtuales que consistió en una recopilación de historias de sus abuelitos por parte de los jóvenes participantes. “Fue una experiencia muy sensible en la que se acercaron a sus abuelitos”, expresa Emilene.

Por supuesto, otro de los resultados a destacar fue la felicidad expresada de los adultos mayores participantes, ya que “tanto los jóvenes como los adultos mayores vivieron bonitas experiencias que abrieron su corazón hacia los adultos mayores”, concluye. “En animarte 2.0 ampliaremos el impacto” asegura la joven, segura que su proyecto tendrá continuidad en su comunidad, así como en otros espacios.

Cuando Emilene se imagina dentro de 10 años se mira feliz, “porque a lo largo de la vida he tenido el apoyo de mi familia, amigos y de personas que han estado junto a mí. Una persona que no se rinde nunca. También me veo profesional y con el mismo espíritu juvenil de ayudar a las personas en lo que necesitan. Yo he vivido el que te falte comida o el no tener dinero en la casa”. Además, está segura que podrá encontrar en su vida a más jóvenes que vivan inseguridades como las que ella tuvo y que podrá ayudarles.

El desarrollo de Emilene a lo largo de los años

Emilene recuerda a World Vision Ecuador desde que tenía 6 años, cuando participó por primera vez junto a su hermano en las actividades que realizamos en el Programa de Área Guano. En su trayectoria ha realizado varias actividades, pero de las que más marcaron su historia fue su viaje al Puyo, que le permitió abrirse con las demás personas y expresar su opinión. Abordaron el proyecto de vida y pudo socializar con más personas y dejar de ser tan tímida sin tener miedo a equivocarse, además menciona que en aquel viaje aprendió a “conocer a personas diferentes y diversas para aprender, valorar y respetar eso. Ver el potencial en las personas”. Emilene se considera tímida y un poco retraída, pero recuerda que una de las propuestas que le permitió enfrentar su miedo al público y timidez, ganar seguridad y confianza fueron las obras de teatro de las que fue parte junto a los promotores técnicos del programa, “fui la actriz principal de la Caperucita, presentada en el Salón de Artes de Riobamba” relata con mucha emoción de recordar.

En su proceso de crecimiento y participación, su familia representa un referente importante. Su mamá siempre la alentó a participar de actividades, ayudándole a ganar mucha seguridad y confianza, “mi familia me ha enseñado con el ejemplo cómo ayudar a los demás” dice la joven. 

Emilene sabe que en su comunidad tiene muchos retos por los cuales trabajar. Cuando visita a sus vecinos nota que los niños que viven con sus padres no pasan tiempo con ellos por su trabajo en el cuidado de los terrenos y los animales, “no hay supervisión ni tiempo de calidad en familia, ni seguimiento académico por parte de los padres” cuenta, agregando que a la falta de supervisión se suma la poca conectividad a internet y acceso a computadoras por parte de sus amigos y vecinos. Con su participación e iniciativa quiere ser ejemplo e impulsar a otros jóvenes a participar por mejorar la calidad de vida de sus vecinos. “Los chicos de mi comunidad son tímidos y no les interesa participar”, comenta, soñando en que eso cambie en algún momento. Los proyectos de esta joven son grandes y esperanzadores para combatir los problemas que ella detecta en su comunidad, realidad similar a la de muchas otras.

Programa de Área Riobamba

 

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