El 12 de junio no es una fecha más en el calendario: es el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, una jornada para recordar que el trabajo no debe formar parte de la infancia. En Ecuador, esta realidad sigue presente, silenciosa y profundamente normalizada en sectores vulnerables, rurales y urbanos.
Según estimaciones de 2022, el 7,1% de la población infantil entre 5 y 14 años en Ecuador —equivalente a 270.340 niñas y niños— realizaban algún tipo de trabajo. Muchos lo hacen en el campo, ayudando con la cosecha. Otros, en las calles, vendiendo caramelos o pidiendo dinero. Y otros, en casas ajenas, realizando tareas domésticas desde edades tempranas.
Esta problemática, aunque conocida, no ha sido erradicada porque no basta con políticas públicas. Se requiere un compromiso social multisectorial, sostenido, ético y con enfoque de derechos humanos.
El trabajo infantil no es solo una actividad económica. Es una forma de violencia. Una que:
Interrumpe la educación
Afecta la salud física y emocional
Limita el desarrollo cognitivo
Expone a niñas y niños a redes de explotación, abuso o trata
Reproduce ciclos de pobreza estructural
La niñez que trabaja hoy probablemente será la juventud que mañana tenga menos oportunidades, menor escolaridad y mayor exclusión laboral.
La crisis económica, la inseguridad y los movimientos migratorios agravan este fenómeno. Según World Vision Ecuador y redes aliadas como Wamprakunapak Yuyaykuna, miles de familias recurren al trabajo infantil como estrategia de supervivencia.
Los informes recientes revelan:
Zonas rurales con niños que abandonan la escuela para sembrar o pastorear
Adolescentes migrantes que trabajan informalmente para sostener a sus hermanos
Niñas que realizan trabajo doméstico sin remuneración ni acceso a educación
Instituciones educativas que carecen de protocolos de protección eficaces
La pandemia y la violencia urbana solo profundizaron las brechas.
Desde nuestra experiencia en más de 11 provincias, impulsamos:
Sistemas comunitarios de protección con participación infantil
Programas de prevención del trabajo infantil en contextos rurales y migratorios
Formación docente para identificar casos de riesgo
Incidencia en políticas públicas y fortalecimiento de redes interinstitucionales
Espacios de expresión y vocería para niñas, niños y adolescentes
Pero no podemos hacerlo solos.
Desde tu espacio —sea en el sector público, privado, académico o comunitario— tú también puedes ser parte activa de la erradicación del trabajo infantil:
✅ Reconoce que la infancia no es mano de obra barata
✅ Promueve la educación como un derecho, no un privilegio
✅ Comparte información confiable para combatir la normalización
✅ Genera empleo digno para adultos, no carga laboral para menores
✅ Incide en las políticas locales, municipales y nacionales
El trabajo infantil no debería tener cabida en un país que aspira al desarrollo con equidad. Cada vez que una niña o niño abandona la escuela para trabajar, perdemos una vida con potencial.
Hoy, en este Día Mundial contra el Trabajo Infantil, renovamos nuestro compromiso:
Seguir trabajando junto a las comunidades, con los gobiernos locales y con aliados del sector privado y la sociedad civil para que ninguna infancia se quede atrás.
Porque proteger a la niñez no es una opción: es un deber ético, legal y social.