A la corta edad de 3 años Evelyn demostró que tenía el potencial para ser futbolista. Su tío, técnico de fútbol, fue quien descubrió ese talento y la incentivó en el deporte. “A pesar que para muchos este es un deporte de hombres, yo apoyé a mi sobrina. Cuando Evelyn veía un balón lo perseguía y con sus pies lo iba guiando, por eso nunca dudé en darle mi apoyo. La niña nunca tuvo miedo a jugar; a pesar de las patadas y balonazos, ella entraba con todo a la cancha”, dice su tío Darwin. “En mi parroquia me decían que el fútbol es solo para niños, que vaya a jugar con muñecas, pero nunca me gustaron y seguí practicando”, cuenta Evelyn.
La trayectoria deportiva de Evelyn no fue fácil. Ella vivió por mucho tiempo con su abuelo porque su mamá decidió migrar a otra ciudad, en su comunidad no tenía trabajo y debía cubrir las necesidades de Evelyn y sus dos hermanos. Esta situación obligó a la niña a ser responsable de los quehaceres de la casa y combinarlos con la escuela, la catequesis y las prácticas deportivas donde ha sido sobresaliente.
A sus 8 años, Evelyn tuvo su primer acercamiento con World Vision Ecuador al ser patrocinada; desde entonces, tuvo la oportunidad de recibir el apoyo de la organización, no solo para movilizarse a sus entrenamientos; sino también como parte de varios procesos de formación, desarrollo y participación que involucraron, además, a su familia y a su comunidad. Recuerda con nostalgia un campamento al que asistió sobre derechos de los niños.
La parroquia de Evelyn está en un sector rural de la Costa, rodeado de mucha naturaleza y alejado de las ciudades principales; no cuentan con todos los servicios básicos. Por eso, las niñas y niños para estudiar o realizarse un chequeo médico deben movilizarse por mucho tiempo. Para ir a Santo Domingo de los Tsáchilas - ciudad sede del equipo del que formó parte: el Club Deportivo Santo Domingo- debía levantarse a las 4 de la mañana para llegar a tiempo al entrenamiento, muchas veces no desayunaba y llegaba con el tiempo justo para la cancha. Esos fueron sus primeros pasos en la liga profesional.
En 2019, cuando tenía 12 años, Evelyn fue noticia a nivel mundial cuando el Guinness World Record la reconoció como la mujer más joven del planeta en jugar para un equipo de la liga profesional de fútbol. “La verdad no entendía muy bien qué estaba pasando. Mi hermano lo vio en una noticia, pero en ese tiempo yo no tenía un celular y no podía ver. Sentí felicidad con asombro, porque antes no había escuchado de ese reconocimiento. Después de conversar con mi entrenador entendí lo que significaba y me puse muy feliz. Tuve varias entrevistas, que me asustaron porque soy muy tímida, pero me di cuenta que todo el esfuerzo que hice comenzó a dar frutos”, dice Evelyn.
A sus 14 años, la talentosa mediocampista fue reclutada por el equipo Dragonas del Club Deportivo Independiente del Valle para jugar en la Superliga Femenina del Ecuador. Desde hace un año reside en el Valle de los Chillos, a 40 minutos de Quito, junto a cuatro jugadoras más a quienes llama “primas”. Su día normal inicia en la mañana con el desayuno, gimnasio o rehabilitación, entrenamiento y concluye con sus clases escolares. “Cuando tengo partido me despierto un poco nerviosa, pero luego pienso que me preparé para esto y que pase lo que deba pasar” cuenta Evelyn.
A Evelyn se le sumó un reto adicional, hace poco tiempo fue convocada para formar parte de la selección ecuatoriana de fútbol femenino sub 20, por lo que algunos fines de semana los dedica a los intensos entrenamientos a doble jornada. Pese a toda su carga de preparación, a Evelyn le gusta mucho el colegio, sobre todo las matemáticas e inglés. Su próximo año escolar lo iniciará en el centro de estudios que el Club construyó dentro del complejo deportivo para que sus miembros puedan recibir aprendizajes personalizados y adaptados a sus horarios.
Como adolescente y mujer de la ruralidad, Evelyn ha tenido que enfrentar muchos desafíos durante su desarrollo como futbolista profesional. “Siempre quise alcanzar un lugar alto en el fútbol, para que conozcan que las mujeres logramos todo lo que nos proponemos, y que nada es exclusivo de hombres o de mujeres” comenta Evelyn. Según su percepción, la gente no cree en las capacidades de las mujeres de los territorios rurales; ella quiere cambiar esta realidad siendo inspiración para otras niñas, que sientan el impulso de perseguir sus sueños como ella lo está haciendo ahora. "Yo les diría que sigan así, que se esfuercen porque lo van a lograr, que no se rindan porque si ellas siguen con ese ánimo de querer estar en donde estoy yo o más lejos, no deben rendirse ni bajar los brazos", son las palabras de ánimo que transmite a quienes quieren seguir sus pasos en esta disciplina.
Sus lágrimas aparecen cuando piensa en su mamá, en lo orgullosa que está de verla ahí y en lo feliz que se siente de cumplir sus sueños y que esto implique un mañana mejor para su familia. Evelyn tiene la ilusión de jugar de forma profesional a nivel internacional. "No me da miedo jugar con chicas mayores o con chicos, porque lo llevo practicando desde muy pequeña: que ellas tengan miedo de mí", bromea cuando la entrevistan los medios de comunicación. A pesar de los retos que ha vivido hasta llegar al lugar en el que está ahora, Evelyn no se conforma y sigue soñando llegar cada vez más lejos.
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