Llamado a la igualdad
Este 21 de marzo, el llamado en el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial es que luchemos contra el racismo a través de cuestionar nuestros prejuicios y actitudes intolerantes. Cada vez son más ciudadanos quienes son conscientes que crecer en diversidad de culturas, nacionalidades, etnias y puntos de vista, construye una sociedad más justa y segura para niñas, niños y adolescentes.
La legislación ecuatoriana reconoce que todas las personas, comunidades, pueblos, y nacionalidades que habitan en el Ecuador, son libres e iguales, y tienen los mismos derechos y las mismas oportunidades. Sin embargo, prejuicios que justifican la desigualdad social, la pobreza y la exclusión, aún impiden que todas las personas sean consideradas parte integral de la sociedad. Esto también sucede con los niños, niñas y adolescentes.
Una forma de violencia infantil
La discriminación se da cuando las personas hacen un uso negativo de las diferencias físicas, culturales, entre otras. Miles de niños, niñas y adolescentes se enfrentan diariamente a situaciones que los someten a maltrato o trato desfavorable cuando sus identidades no corresponden con las de otro grupo de personas. Esto es una forma de violencia.
Por ejemplo, para los niños y niñas en condición de movilidad humana y refugio, tareas que parecen tan sencillas como arrendar un espacio para vivir o hacer amistades, tienen otro sentido y muchas dificultades cuando la condición que los hizo diferentes es tener otro color de piel, otra nacionalidad, usar otras palabras al expresarse o sencillamente tener otros rasgos faciales.
Sin ir tan lejos, miles de niños y niñas afrodescendientes en el sistema educativo se enfrentan a prácticas discriminatorias en su aula de clase, entre las que están comentarios desagradables, tareas extra y estigmas relacionados al color de piel o la forma de su cabello rizado. Estas situaciones cotidianas hacen que niños y niñas crezcan con mayor probabilidad de baja autoestima, de vivir en relaciones de maltrato y de exclusión de la vida social. Los prejuicios se crean, en su mayoría, en el entorno familiar y es ahí donde podemos trabajar para erradicarlos.
¿Cómo aprenden los prejuicios raciales los niños y niñas?
Los niños y niñas aprenden sobre diferencias y prejuicios raciales desde una edad temprana con sus primeros maestros, sus padres, al ver cómo ellos y ellas lidian con estas diferencias y reaccionan ante ellas. El proceso de aprendizaje de los prejuicios no se diferencia mucho de aprender un idioma nuevo por ejemplo, mientras más expuesto esté a los prejuicios, más profundo y duradero será el aprendizaje. Pero, al igual que en la enseñanza lingüística, los niños y niñas expuestas a la sociedad ganarán fluidez y mejor comprensión de la diversidad, incluso si sus padres no hacen nada.
A los 6 meses, el cerebro de un bebé ya puede reconocer diferentes colores de piel. Entre los 2 y los 4 años, niños y niñas pueden entender prejuicios raciales. Así, a los 12 años, muchos niños y niñas asientan sus creencias. Este período de tiempo da a sus padres, madres o cuidadores una
década para moldear el proceso de aprendizaje, con el fin que disminuyan los prejuicios raciales y mejore su comprensión cultural del mundo.
Estrategias para ayudar a niños y niñas a lidiar con los prejuicios raciales
Hay seis estrategias que padres, madres o cuidadores pueden utilizar para ayudar a niños, niñas y adolescentes a lidiar con los prejuicios raciales:
- Hablar y reconocer que las diferencias y los prejuicios raciales existen.
- Enseñar sobre derechos a los niños y niñas.
- Afrontar prejuicios propios de los adultos y ser un ejemplo de la manera en que desean que los niños y niñas actúen ante otras personas que puedan ser diferentes.
- Incentivar a niños y niñas para que cuestionen los estereotipos y prejuicios raciales, siendo amables y compasivos al interactuar con personas de todos los grupos raciales, étnicos y culturales.
- Tener una red social amplia y culturalmente diversa de amigos y amigas. Esto les permite participar en actividades y experiencias multiculturales.
- Viajar y exponer a niños y niñas a otras comunidades. Esto puede ayudarlos a comprender que hay diversidad en el mundo que quizá no esté representada en la comunidad en la que vive.
La buena salud emocional en niños, niñas y adolescentes les ayudará a tratar a otras personas con cariño, empatía y solidaridad. Esto sin duda, ayuda a romper barreras de relacionamiento con otros niños y niñas, y a acoger la diversidad como un valor positivo en sus vidas.
Conclusión: podemos ser el cambio
En el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial es importante reconocer que existe un trato desfavorable y violento hacia personas, incluido niños, niñas y adolescentes, por su color de piel, por sus rasgos físicos u otras características que los puedan hacer diferentes. Pero más importante aún, es actuar frente a la injusticia ahora, desde analizar nuestros propios prejuicios y malos tratos, así como nuestras relaciones y las de nuestros hijos e hijas con el entorno.
Los prejuicios y la discriminación se aprenden en casa y con el ejemplo de quienes educan a niños y niñas, por lo tanto, se pueden deshacer en el mismo entorno y demostrando un trato igualitario, respetuoso y amable hacia todas las personas a manera de ejemplo a seguir. ¿Por qué no usar el poder de la educación y formación en casa para que nuestros hijos e hijas vivan en un mundo donde lo diverso sea interesante y positivo?