20 de junio | Día Mundial del Refugiado

El Día Mundial del Refugiado es un día internacional designado por las Naciones Unidas para honrar a las personas refugiadas y desplazadas de todo el mundo. Se conmemora el 20 de junio de cada año para enaltecer la fuerza y ​​el coraje de las personas que se han visto obligadas a abandonar su hogar para escapar de conflictos, persecuciones o situaciones que ponen en riesgo su vida. El Día Mundial del Refugiado es una ocasión para fomentar la comprensión y la empatía hacia las personas refugiadas y desplazadas en consideración de las difíciles circunstancias en las que se encuentran; asimismo, la fecha permite reconocer su capacidad de resiliencia en la reconstrucción de sus vidas.

Condiciones de viaje en riesgo, acceso a alimentos, acceso a salud y continuidad de la educación son algunas de las situaciones que viven quienes se aventuran a continuar su vida en otro país. En este artículo haremos un recorrido por los principales retos a los que se enfrentan niñas, niños, adolescentes y familias que se encuentran en esta difícil situación, tomando como referencia las historias de familias refugiadas y migrantes provenientes de Venezuela.  

     1. Condiciones del viaje hacia otros países

Sin duda conocemos de la situación que viven cientos de personas que salen desde Venezuela con toda su familia en búsqueda de días mejores. Pero también, seguramente conoces las condiciones que implica estos largos viajes, en los que sus pies son su único medio de transporte. ¿Te imaginas caminar días enteros a pie sorteando todo tipo de clima? Además de requerir un excelente estado físico para soportar, es necesario que quien decida hacer esa travesía esté preparado con agua, alimentos e implementos para dormir. Pero esto no sucede. Cientos de familias enteras inician estos largos trayectos con esperanza, sin alimentos, sin un buen estado de salud, sin ningún implemento para dormir. Quien puede dar fe de lo duro que resulta esta travesía es Reishell y su familia. Pese a que su mamá y papá cuentan su largo viaje desde su natal Venezuela hacia Quito - Ecuador para la niña fue toda una aventura a través de la selva. La imaginación de las niñas y niños es su capacidad de resiliencia y de resistir a las peores situaciones.

Conoce su historia en el siguiente video:

     2. Acceso a alimentos

En un reciente estudio migratorio publicado, World Vision Ecuador expone que como estrategias principales para afrontar el hambre en familias migrantes están la reducción del número de comidas al día, el pasar días completos sin comer y la reducción del consumo de alimentos en adultos para proveerlos a niños, niñas y adolescentes. Esto implica que de cada 10 personas en situación de movilidad humana, 4 tienen una privación de alimentos moderada.

La historia de Ami es la que mejor puede describir esta situación. Ami es una niña migrante de 5 años que viajó por casi 3,000 kilómetros desde su natal Falcón, en el caribe venezolano, hasta la ciudad de Huaquillas, en la frontera de Ecuador con Perú. Viajó junto a su abuela Nancy y su papá Anfernee. Uno de los mayores retos que enfrenta la familia actualmente es el acceso a alimentos. Ya que su abuela está al cuidado de Ami y su padre trabaja de vendedor informal, la alimentación de la niña no siempre es segura. “No tenemos un lugar para cocinar, no tenemos utensilios y el poco dinero que conseguimos es para una comida,” dice Nancy. “Hay días en que mi hijo no tiene nada para vender y pide comida; le regalan gaseosas, golosinas y eso come la niña. No podemos comprar verduras o frutas porque con el calor se dañan rápidamente”.

Conoce la historia completa de Ami en este video:

     3. Acceso a la educación

Todas las niñas y niños tienen mucha curiosidad por aprender. Ellos y ellas son investigadores por naturaleza. ¿Recuerdas cuándo eras niño y querías aprender a leer, a sumar, saber cómo funciona el fuego? Las niñas y niños tienen ante sí un mundo por descubrir y la mejor forma de garantizar que aprendan es a través de la educación formal, la estimulación cunado son bebés y la formación dentro de entornos familiares. Pero ¿qué pasa cuando existen niñas y niños que no acceden a ninguna de estas tres cosas? Pues es la realidad, y pasa que 7 de cada 10 niñas y niños refugiados y migrantes no se encuentra actualmente en el sistema educativo. Algunas familias mencionan como limitantes el costo de la escuela, los recursos para cubrir gastos e implementos para asistir y el cierre de escuelas por la pandemia de COVID-19.

Si quieres conocer más a profundidad la situación de la educación que vive la niñez refugiada y migrante puedes ir a este artículo de nuestro blog.

Podemos seguir mencionando un montón de situaciones que afectan a la niñez y adolescencia refugiada y migrante, como la falta de acceso a salud, su situación económica, el acceso a servicios básicos no garantizado. Sus derechos son vulnerados todos los días. Por ello en este día queremos que, después de leer este artículo, pienses de qué maneras tú y tu familia pueden ayudar en la inclusión de familias refugiadas y migrantes. Ellos y ellas necesitan salir adelante y sentirse parte de una sociedad que los recibe y los apoya.

Conclusión

A pesar de las dificultades que encuentren en su camino, las familias en situación de refugio y movilidad humana quieren y necesitan continuar con su vida en condiciones que garanticen su salud, educación, situación económica, vivienda, acceso a alimentos, entre otras cosas que toda familia requiere para vivir de una forma digna.

La pandemia nos ha demostrado que todo éxito para superar cualquier obstáculo depende del trabajo conjunto. Por ello, es importante que la sociedad entregue una oportunidad a las personas refugiadas y desplazadas, para que sean ellas, junto a nosotros, edificadoras que un mundo mejor y más justo.