Explicar cómo las rabietas son parte del desarrollo de todo niño por no tener herramientas para lidiar con la frustración y cómo los podemos ayudar a desarrollarlas.
Las rabietas, como las conocemos comúnmente, son formas que encuentran las niñas y niños para mostrar su malestar o frustración cuando no tienen otras herramientas para expresar esas emociones. En este artículo te enseñaremos 4 alternativas amigables para controlar una rabieta y desarrollar nuevas formas de liberar el enojo y la frustración en nuestras hijas e hijos.
¿Por qué niños y niñas tienen rabietas?
Según el portal KidsHealth, las rabietas pueden ocurrir cuando niñas y niños se sienten cansados, hambrientos, molestos o incómodos. También pueden ocurrir cuando no consiguen algo que desean, como por ejemplo un juguete o la atención de sus padres. Las rabietas son frecuentes a la edad de 2 años, cuando niñas y niños empiezan a desarrollar sus habilidades lingüísticas. Puesto que los niños de 1 a 3 años aún no pueden expresar con palabras lo que quieren, sienten o necesitan, las experiencias frustrantes les pueden provocar rabietas. Conforme van mejorando en sus habilidades lingüísticas, las rabietas tienden a disminuir.
Niñas y niños de entre 1 y 3 años desean tener más independencia y más control sobre su entorno, de hecho, más de los que son capaces de asumir. Esto puede desembocar en luchas internas, mientras la niña o niño piensa "lo puedo hacer yo solo" o "quiero eso ya, dámelo". Cuando niñas y niños descubren que no lo pueden hacer solos o que no pueden tener todo lo que desean, aparecen las rabietas. Para mejor entendimiento, recogimos del portal Guiainfantil.com, 5 causas que originan las rabietas:
- Llamar la atención. La primera rabieta de un niño empieza solo por llamar la atención, pero si la recompensa a una rabieta es recibir mucha atención gratificante puede ser una razón importante para pronto tener otra rabieta.
- Querer algo que mira y desea. Los niños deben aprender a esperar y a aceptar que algunas veces las cosas no se obtienen tan rápido. Si les decimos que no le compraremos ese juguete y explicamos el por qué, aprenderá que no puede tener todo lo que desea instantáneamente.
- Probar su independencia. Cuando intentan hacer algo y no les sale como quieren, intentamos ayudarle, pero no quiere y se frustra porque no puede hacerlo solo.
- Frustración interna. La sensación de impaciencia creciente, junto con su aún limitada habilidad para lograr las cosas que intenta o no ser capaz de expresar totalmente lo que quiere debido a una falta de habilidades lingüísticas, pueden desencadenar una rabieta.
- Celos. Van dirigidos a un hermano o hermana, cuando su deseo de conseguir algo no se cumple. En este artículo de Ternurarte aprenderás a mediar una pelea entre hermanos.
Aprender a afrontar la frustración es una habilidad que niñas y niños van desarrollando con el tiempo. Te compartimos algunas formas de manejar amigablemente estas situaciones.
4 recomendaciones
En general, la mejor manera de responder a una rabieta es mantener la calma. Si respondes con arrebatos fuertes de ira o violencia, tu hijo o hija podría imitar tu comportamiento. Gritarle a un niño para que se calme también puede empeorar las cosas. Te compartimos 5 recomendaciones que puedes poner en práctica.
- Prevenir situaciones que provocan rabietas.
Como padres y madres conocemos e identificamos bien las situaciones que desencadenan rabietas en nuestras hijas e hijos. ¿Te pasa talvez que cuando vas a la juguetería tu hijo hace rabieta por algún juguete que quiere? O puede haber otras situaciones o lugares que provocan esta reacción. La mejor opción en este caso es evitar esos lugares con algunas alternativas, por ejemplo ir solo a la juguetería cuando vayamos a comprar un juguete para nuestra hija o hijo.
- Direccionar su atención hacia alguna actividad nueva
Para considerar esta opción debemos preguntarnos, ¿qué situación causa esta rabieta?, si notamos que es por hambre, cansancio o sueño, lo mejor será suplir esa necesidad. Pero, si notamos que la rabieta se da por alguna cosa que desean obtener o por algo sobre lo que quieren tener el control sin lograrlo, la mejor opción será ofrecerles una actividad nueva para que puedan entretenerse.
Aplicar esta estrategia ayudará a nuestras hijas e hijos a despejar su mente y direccionar su atención hacia una actividad nueva. En Ternurarte encuentras 5 opciones de juego que te pueden ayudar a distraerlos.
- Buscar un lugar silencioso y seguro
Puede que te pase o no, pero hay niñas y niños que al tener una rabieta pueden hacerse daño, golpearse, cortarse la respiración, o hacer daño a otras personas con golpes. Ante este tipo de comportamientos lo mejor es reaccionar a tiempo cuando empieza una rabieta y llevar a tu hijo a un lugar seguro donde no puede hacerse daño con objetos. Por otra parte, cuando ocurre una rabieta, es mejor llevar a tus hijos a un lugar donde no exista gente externa observando, lo que ayudará a tu hijo a tranquilizarse en menos tiempo. De esta forma, además de evitar escenas públicas de berrinches, ayudamos a nuestras hijas e hijos a controlar la situación de forma segura, amigable y pacífica. Cuando los berrinches ocurren en casa, la mejor opción será llevarlos a su cuarto para que logren tranquilizarse.
- Expresar con palabras sus emociones
Como ya lo dijimos antes, las rabietas ocurren cuando nuestros hijos no pueden expresar de otra forma sus sentimientos de frustración, ira o enojo. En estos casos, lo mejor es enseñarles a expresar lo que sienten con palabras. Cuando tu hijo se haya calmado, pregúntale ¿qué te hizo enojar?, podrías decirle: "usa tus propias palabras para decirme qué pasa y por qué estás enojado". Esto ayudará a convertir las emociones en palabras y a comprender qué se requiere para resolver el problema, si es necesario hacer algo. Sin embargo, no todas las niñas y niños hablan inmediatamente, por lo que es posible que necesite tiempo para reflexionar antes de estar listo para hablar.
Una vez que la niña o el niño expliquen sus emociones con palabras, depende de nosotros como padres escucharles y decirles que lo comprendemos. Si a tu hijo le cuesta trabajo encontrar las palabras correctas, ofrezca algo de ayuda: "así que eso te hizo enojar", "te debes haber sentido frustrado" o "eso debe haber herido tus sentimientos". Ofrecer ayuda para encontrar una respuesta si hay algún problema que se pueda resolver, un conflicto que arreglar o una disculpa que se deba ofrecer.
En muchos casos, sentirse escuchado y comprendido es todo lo que nuestros hijos necesitan para recuperar la compostura. No obstante, aunque reconozcamos los sentimientos de nuestros hijos, dejar claro que las emociones intensas no son una excusa para el comportamiento inaceptable es lo mejor para poner límites de comportamiento. Pero también es importante ofrecerle otras opciones de desahogar esos sentimientos. Por ejemplo decirle: "sé que estás enojado, pero no está bien golpear. Lo que puedes hacer cuando te sientas así es estar a solas un momento en tu cuarto”.
Aquí podrás descargar un juego familiar para enseñar a tus hijas e hijos a identificar sus emociones.
Tip extra: botella de la calma
Una botella de la calma es una manualidad muy fácil que puedes hacer junto a tus hijos y que le ayudará a mantener la concentración en la botella y calmarse de formas más pacíficas. Esta botella, además de ayudar a niñas y niños a manejar su ira, puede ser muy recomendada para aquellos con problemas de concentración o nerviosismo.
Conclusión
Una rabieta es parte del desarrollo de nuestras hijas e hijos cuando no aprendieron a manejar sus emociones de forma pacífica. Para evitar estos comportamientos que muchas veces nos pueden hacer perder la calma o pasar vergüenza cuando son en un lugar público, podemos aplicar estas recomendaciones amigables:
- Evitemos situaciones o lugares que podemos predecir que pueden desencadenar una rabieta.
- Cuando tengan una rabieta, intentemos que se distraigan con algo nuevo para que su mente se enfoque en otra cosa.
- Durante una rabieta es mejor llevar a nuestros hijos a un lugar donde puedan estar seguros y puedan calmarse en menor tiempo que si se sienten observados o juzgados.
- Ayudemos a nuestras hijas e hijos a verbalizar sus emociones para que aprendan a expresar sus sentimientos y a dialogar con nosotros.
Si aplicamos estas recomendaciones, seguramente las rabietas disminuirán con el tiempo e incluso durarán menos y serán menos frecuentes. Siempre la crianza con ternura será la forma que niñas y niños prefieran para desarrollarse.