Cada 16 de octubre, el mundo conmemora el Día Mundial de la Alimentación, una fecha que no solo celebra el derecho a una alimentación adecuada, sino que también nos invita a reflexionar sobre las desigualdades que enfrentan millones de niñas y niños. En Ecuador, la alimentación sigue siendo un desafío urgente, especialmente para la niñez en situación de pobreza, migración o violencia estructural.
El rostro de la malnutrición en Ecuador
A pesar de los esfuerzos públicos y comunitarios, la desnutrición crónica afecta a 1 de cada 4 niños y niñas menores de 5 años en el país. Este problema se agrava en zonas rurales y en hogares con menores ingresos, donde muchas familias no logran cubrir una dieta diversificada y balanceada.
Las niñas son particularmente vulnerables: según el informe Breaking the Cycle, el impacto de la malnutrición en su salud, educación y futuro es devastador. La anemia, por ejemplo, afecta su rendimiento escolar, su desarrollo emocional y su capacidad de aspirar a una vida digna.
Cuando la escuela alimenta más que el conocimiento
La alimentación escolar ha demostrado ser una herramienta poderosa para combatir el ausentismo, mejorar la concentración y garantizar al menos una comida digna al día. De hecho, en la Encuesta Nacional "Tu voz, tus derechos", realizada con el apoyo de World Vision Ecuador, el 53% de los estudiantes afirmó recibir alimentación escolar; sin embargo, el resto no accede a este servicio.
Es crucial fortalecer este programa, garantizando calidad nutricional y cobertura total. Niñas y niños no pueden aprender si tienen el estómago vacío.
Lactancia materna: el primer acto de soberanía alimentaria
Desde el nacimiento, el acceso a una buena nutrición empieza con el impulso a la lactancia materna. En comunidades acompañadas por World Vision Ecuador, se han creado redes de apoyo comunitario para madres, promoviendo esta práctica como un acto de amor, salud y resistencia. La leche materna no solo alimenta, sino que protege y conecta.
Migración, exclusión y hambre silenciosa
La crisis migratoria en el país también ha impactado la seguridad alimentaria. Niñas y niños migrantes enfrentan mayores riesgos de desnutrición, estrés emocional y discriminación. La reciente investigación de World Vision Ecuador sobre salud mental en población en movilidad humana muestra que el 74% de las personas migrantes entrevistadas sufren afectaciones psicológicas relacionadas con la inseguridad alimentaria y económica.
Una nutrición deficiente no solo genera cuerpos frágiles, sino también infancias marcadas por el miedo, la exclusión y la falta de oportunidades.
¿Cómo romper el ciclo?
Combatir la malnutrición es una tarea integral. Se necesitan:
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Políticas públicas con enfoque de derechos.
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Escuelas que alimenten mente y cuerpo.
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Redes comunitarias que empoderen a las madres.
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Espacios seguros para migrantes y sus familias.
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Apoyo psicosocial para abordar los traumas del hambre.
World Vision Ecuador trabaja de la mano con comunidades, madres, docentes y autoridades para asegurar que cada niño y niña tenga la oportunidad de crecer, aprender y soñar bien alimentado/a.
Conclusión
En este Día Mundial de la Alimentación, recordemos que una alimentación digna no es un privilegio: es un derecho humano fundamental. Es hora de alzar la voz por quienes aún esperan un plato lleno de comida… y esperanza.
Apoya el desarrollo integral de las niñas y niños con estas recetas: