María Toribia de 45 años, nació en la comunidad de Santa Rosa de Melán en Pungalá, provincia de Chimborazo. Ella vive junto a sus dos nietos, su esposo, su hija en su terreno que tiene la posibilidad de cultivar. Para María el campo es su vida y se siente orgullosa de ser una mujer de la zona rural como la cuarta parte de la población mundial de mujeres que trabajan como agricultoras, asalariadas y empresarias. Sin embargo, menos del 20% de ellas son propietarias de las tierras que trabajan a diario.
María es voluntaria de World Vision y secretaria en su comunidad. Como voluntaria, se encarga de mantener contacto permanente con sus vecinos para conocer sus carencias, necesidades, incluso, ella es quien denuncia casos de vulneración de derechos hacia los niños, niñas y adolescentes de Santa Rosa. Uno de los principales problemas que María detectó en esta pandemia es que a las familias de la comunidad no les alcanza el dinero para comprar alcohol, gel, entre otros elementos de limpieza. Esto, debido a que la comunidad tiene por ahora muchos alimentos que producen sin poder ser vendidos, como arvejas, fréjol y otros granos, que normalmente vendían en la ciudad, sin poder obtener los ingresos de antes.
Para ayudar a las familias más vulnerables de su comunidad, María, durante la pandemia, se encargó de enfocar y gestionar la entrega de kits alimenticios, luego de kits de higiene. El trabajo de protección de la niñez lo hace desde el sentir por sus nietos y vecinos, por verlos siempre protegidos. Como secretaria de la comunidad, se encarga de algunas cosas como la gestión con las autoridades para que las familias cuenten con caminos adecuados, agua, entre otros servicios necesarios para el cultivo.
María Toribia probablemente no conoce que el 15 de octubre es el Día Internacional de las Mujeres Rurales como ella, pero es consciente que es necesario el reconocimiento al rol decisivo de las mujeres en el desarrollo, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza. Ella, sin saberlo, contribuye cada día a que su comunidad tenga mejores condiciones de vida, que los niños, niñas y adolescentes que allí habitan estén protegidos de toda forma de violencia y tengan acceso a alimentación de calidad.
Cada vez, más mujeres están al frente del trabajo de las fincas de agricultura familiar campesina, con la que se abastece el 60 % de la comida que llega a los hogares ecuatorianos. Y, a pesar de que en el 53 % de los hogares rurales, las mujeres generan los mayores ingresos, muchas veces no se las considera jefas de familia y ello impide que puedan acceder a créditos productivos o ser propietarias de terrenos. Este día representa una oportunidad para visibilizar el trabajo de María Toribia y miles de mujeres en el campo, que merecen mejores oportunidades productivas que les permita desarrollar la economía de sus comunidades.
World Vision Ecuador contribuye a que 162.762 niñas, adolescentes y mujeres vulnerables desarrollen su potencial, a través de trabajar con ellas para que reconozcan sus capacidades, habilidades y aportes a la producción local y nacional; reafirmen su identidad, su vocación y sobre todo para que ejerzan plenamente sus derechos.